Vol 1 No. 1 Enero-Junio 2024 Revista Cientíca Avances en Ciencia y Docencia
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ISSN 3078-6266 Revista
Práctica de hábitos de vida saludable en niños de escuelas
públicas urbanas del Departamento de Guatemala
Practice of healthy lifestyle habits in children from urban public schools in the Department of Guatemala
Enma Judith Porras Marroquín
Doctorado en Salud Pública
Escuela de Estudios de Postgrados, Facultad de Ciencias Médicas
Universidad de San Carlos de Guatemala
enmaporras@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-8141-4827
Resumen
OBJETIVO: analizar los hábitos de vida saludable que practican los niños de dos escuelas
públicas de nivel primario del área urbana de Guatemala. MÉTODO: se empleó un enfoque
cuantitativo, de tipo descriptivo y con diseño transversal, la muestra estuvo constituida por 206
niños, seleccionados mediante un muestreo no probabilístico. La recolección de datos se realizó
a través de un cuestionario de preguntas cerradas aplicado con la autorización de padres de
familia y el apoyo de maestros. RESULTADOS: mostraron que el 40% de los niños sigue un patrón
de 3 comidas principales al día, mientras que el 23% añade varias refacciones. En cuanto a la
actividad física, el 68% de los niños realiza caminatas diarias de 30 minutos, pero un 21% no lo
hace. El 60% de los niños practica ejercicio, aunque un 30% no realiza ninguna actividad física.
En términos de tiempo frente a pantallas, el 42% ve televisión 1 hora diaria, mientras que un 26%
lo hace 3 horas o más. Respecto al sueño, el 39% duerme 8 horas y el 27% 9 horas, mientras que
un 9% duerme menos de 7 horas. CONCLUSIÓN: Aunque la mayoría de los niños presenta hábitos
relativamente saludables, especialmente en la promoción de la actividad física y la reducción
del tiempo frente a pantallas. También se obser la necesidad de mejorar la cantidad de
comidas diarias y refacciones, también las horas de sueño en una parte de la población, que
puede resolverse a través de formación al estudiantado y a los padres de familia.
Recibido: 18/02/2024
Aceptado: 31/05/2024
Publicado: 30/06/2024
Porras Marroquín, E. J. (2024). Práctica de hábitos de vida
saludable en niños de escuelas públicas urbanas del
Departamento de Guatemala.
Revista Cientíca Avances en Ciencia y Docencia, 1(1), 13–23
https://doi.org/10.70939/revistadiged.v1i1.2
Palabras clave:
vida saludable, alimentación, ejercicio físico, recreación, descanso y sueño
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Keywords:
healthy life, nutrition, physical exercise, recreation, rest and sleep
Introducción:
Los hábitos de vida son comportamientos o rutinas que se realizan de manera regular y repetitiva
en el día a día. Estos hábitos pueden inuir de forma positiva o negativa en la salud física, mental y
emocional. Pueden abarcar una amplia gama de actividades relacionadas con la alimentación,
el ejercicio, el descanso, la higiene personal, el manejo del estrés, entre otros aspectos.
Vega-Rodríguez, et al. (2015), los describe como parte de los hábitos que diariamente practica
una persona, su formación se inicia desde la infancia en el hogar, posteriormente se conrman en
la escuela, igualmente se construyen en las relaciones con familiares, amigos y en la comunidad
con quienes comparten el día a día. Los hábitos de vida integran actitudes y valores que se
observan en el comportamiento de una persona en diferentes áreas de la vida, entre ellas: la
actividad física, la alimentación, las bebidas, entre otras.
La escuela juega un papel trascendental en complementar los hábitos de vida saludable que los
niños puedan practicar; los maestros son ejemplo para ellos, si también tienen buenas prácticas
como una alimentación sana, actividad física, recreación y descanso. El entorno es uno de los
factores principales que inuyen en el desarrollo de las personas. En la etapa escolar, los niños
adquieren hábitos que se integran a la conducta; estos inuyen hasta su etapa adulta; además,
el centro escolar es, junto con la familia, la principal fuente generadora de conocimientos, por lo
que es primordial que la escuela presente un entorno saludable que permita al niño desarrollarse
y adquirir hábitos positivos para su salud (Herrero Capel, et al., 2017; Jiménez, et. al., 2019). La
salud es una condición personal que se vuelve poblacional porque es condicionada por el
entorno en el cual viven las personas y también inuyen las relaciones sociales que se generan
en las comunidades. Se fomenta desde el hogar, tienen una participación importante los padres,
quienes se encargan de proveer los alimentos a los niños y de velar porque se consuman alimentos
especialmente de los grupos recomendados de acuerdo con su edad. También inuyen en la
creación de hábitos en cuanto a la actividad física, la importancia del ejercicio, del descanso y
el sueño, así mismo, los centros laborales, las escuelas y las comunidades tienen un rol importante
en el fomento de una buena salud (Organización Panamericana de la Salud, 2017).
Abstrac
OBJECTIVE: analyze the healthy lifestyle habits practiced by children from two public primary
schools in the urban area of Guatemala. METHOD: a quantitative approach was used, descriptive
and with a cross-sectional design, the sample consisted of 206 children, selected through non-
probabilistic sampling. Data collection was carried out through a questionnaire of closed questions
applied with the authorization of parents and the support of teachers. RESULTS: showed that
40% of children follow a pattern of 3 main meals a day, while 23% add several snacks. Regarding
physical activity, 68% of children take daily 30-minute walks, but 21% do not. 60% of children
exercise, although 30% do not do any physical activity. In terms of time in front of screens, 42%
watch television for 1 hour a day, while 26% do so for 3 hours or more. Regarding sleep, 39% sleep
8 hours and 27% 9 hours, while 9% sleep less than 7 hours. CONCLUSION: Although the majority of
children present relatively healthy habits, especially in promoting physical activity and reducing
time in front of screens. The need to improve the number of daily meals and snacks, as well as the
hours of sleep in a part of the population, was also observed, which can be resolved through
training for students and parents.
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Estos hábitos constituyen un factor de riesgo que puede modicarse si se interviene oportunamente.
En ello tiene un papel importante la educación en salud, misma que puede brindarse desde
la casa, la escuela y la comunidad, fomentando actividades físicas y lúdicas que les ayuden a
no pasar tanto tiempo frente a pantallas digitales. La edad escolar desde un punto de vista
nutricional y de salud, es indispensable en la prevención de enfermedades, ya que durante esta
etapa se forman los hábitos alimentarios y pueden ser fomentadas otras conductas positivas
como la actividad física (Chalco Quispe & Mamani Limachi, 2014).
En el estudio de hábitos de vida saludable en el alumnado de educación primaria problemática
y acción, los investigadores consideran que es de vital importancia promover dentro de los
centros educativos correctos hábitos alimenticios, ya que con esto se contribuirá a una buena
calidad de vida. Se debería insistir en consumir alimentos nutritivos, así como ofrecer alternativas
saludables y poner énfasis en la prevención del sobrepeso y la obesidad (Castillo Granado,
2022). La medicina actual ha tenido cambios importantes, principalmente en el abordaje de las
enfermedades cardiometabólicas en las que además del tratamiento médico se requiere cambio
en los hábitos de vida (Chiroy Muñoz & Muñoz Valle, 2023). Es por ello que la intervención
educativa en poblaciones escolares es sumamente importante para el fomento y promoción de
hábitos de vida saludable que perduran en la edad adulta. Les permitirá vivir más años con
mejor salud y tendrán una mejor calidad de vida.
Los hábitos sobre el proceso de alimentación se desarrollan desde edades tempranas y persisten
durante la edad adulta. Hay estudios que evidencian que los niños y adolescentes con alto
consumo de frutas y vegetales tienen el doble de probabilidad de apegarse a recomendaciones
dietéticas saludables con ingesta adecuada de bra, ácidos grasos saturados o sal en la
edad adulta (Pérez Herrera & Cruz López, 2019). En este estudio realizado se logró analizar los
hábitos de vida saludable que practican los niños de dos escuelas públicas de nivel primario
del área urbana de Guatemala, relacionados a la alimentación, ejercicio físico, recreación,
descanso y sueño.
Materiales y métodos
El estudio es de enfoque cuantitativo, de tipo descriptivo y diseño transversal, con el propósito
de analizar las respuestas de los participantes en el momento actual. La muestra estuvo
constituida por 206 niños, seleccionados mediante un muestreo no probabilístico. Se contó con
el apoyo fundamental de los maestros de las dos instituciones educativas, quienes facilitaron
el acceso y la organización de los niños para la aplicación de los cuestionarios. Asimismo,
se obtuvieron las autorizaciones de los padres de familia, quienes fueron informados sobre los
objetivos y el procedimiento del estudio, asegurando así el cumplimiento de los aspectos éticos
y de condencialidad.
Para la recolección de datos se utilizó un cuestionario compuesto por preguntas cerradas
que permitieron obtener información precisa y cuanticable sobre las variables de interés
relacionadas a la alimentación, ejercicio físico, recreación, descanso y sueño. Los cuestionarios
fueron entregados a cada niño en presencia del profesor, quienes ofrecieron asistencia en caso
de dudas, garantizando que las respuestas fueran lo más eles posibles a las percepciones y
conocimiento de los niño. Posteriormente los datos fueron codicados y analizados mediante
herramientas estadísticas descriptivas para identicar los resultados de las respuestas.
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Figura 1
Consumo de alimentos de los niños
NOTA. La gráca presenta el consumo de alimentos de una muestra de 206 niños con 5 categorías
de respuesta, según las comidas consumidas a lo largo del día. 1. Desayuno, almuerzo y cena: con
un 40%, esta es la categoría más común. La mayoría de los niños tienen solo estas tres comidas
principales diarias. 2. Desayuno, refacción, almuerzo, refacción y cena: representa el 11% de la
muestra. Este grupo incluye dos refacciones, una entre el desayuno y el almuerzo y otra entre el
almuerzo y la cena. 3. Desayuno, almuerzo, refacción y cena: corresponde al 22%, lo que indica
que estos niños tienen una refacción en la tarde junto a las tres comidas principales. 4. Desayuno,
refacción, almuerzo, refacción, cena y algún otro alimento antes de acostarse: esta categoría
abarca el 23% de los niños, quienes tienen un patrón de consumo más frecuente, incluyendo una
comida extra antes de dormir. 5. Otras combinaciones: representan el 4% de la muestra, lo que
sugiere que estos patrones de alimentación son menos comunes entre los niños evaluados. Por
lo tanto, el 40% de los niños se limita a tres comidas principales, mientras que el resto incorpora
refacciones o comidas adicionales, con un 23% que tiene el hábito de consumir algo antes de
acostarse. Esto podría reejar distintos hábitos alimenticios y la inuencia de factores como el
entorno familiar y escolar en los patrones de alimentación infantil.
Las recomendaciones según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que los niños deben
realizar idealmente 5 tiempos de comida, incluyendo los grupos básicos de alimentos. En este
estudio, los resultados son desalentadores porque solamente el 3% y 7% correspondiente a cada
escuela los niños comen los 5 tiempos de comida recomendados por la OMS.
Resultados y discusión
Con relación a la práctica de hábitos de vida saludable, se detallan a continuación de
acuerdo con las respuestas de los niños que participaron en el estudio.
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Figura 2
Figura 3
¿Sabe la cantidad de carbohidratos debe consumir?
¿Sabe cuántas frutas debe comer al día?
Nota. Respuestas de los niños al preguntarles ¿Sabe la cantidad de carbohidratos que debe
consumir?”. Los datos están divididos en tres categorías: 1. Comer muchos: representa el 50% de
la muestra, indicando que la mitad de los encuestados considera que deben consumir muchos
carbohidratos. 2. Comer pocos: corresponde 30%, demostrando que un porcentaje signicativo
de niños cree que el consumo de carbohidratos debe ser pocos. 3. No sé: abarca el 20%,
sugiriendo que una parte de la muestra no esinformada sobre la cantidad adecuada de
carbohidratos que deben consumir. La gráca destaca que hay un grado de confusión o
falta de conocimiento sobre la cantidad adecuada de carbohidratos, con la mitad de los
encuestados favoreciendo una ingesta alta y un 20% que no tiene claridad al respecto. Esto
podría señalar una necesidad de mayor educación nutricional para que los niños comprendan
mejor la importancia de los carbohidratos en la dieta, los cuales son necesarios para el aporte
de energía para las células, los tejidos y órganos del cuerpo, para realizar las actividades
diarias, los que se recomienda incluir en la dieta de los niños principalmente son los provenientes
de los cereales, frutas, verduras y legumbres (OMS, 2023).
Nota. Al preguntarle a los 206 niños, ¿Sabe cuántas frutas debe comer al día?”. Se presentan las
5 categorías de respuesta: 1. Ninguna: representa el 3%, indicando que una pequeña minoría
considera que no es necesario consumir frutas diariamente. 2. Una fruta: corresponde al 17%,
sugiriendo que un porcentaje de niños piensa que una fruta al día es suciente. 3. Dos frutas: con
un 13%, estos niños creen que es ideal consumir dos frutas al día. 4. Tres frutas o más: abarca
el 31%, mostrando que una parte signicativa de los niños encuestados considera adecuado
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Nota. Los resultados están divididos en cinco categorías, con los siguientes porcentajes: 1.
Ninguna: representa el 27% de los encuestados, lo que indica que poco más de una cuarta
parte no consume gaseosas diariamente. 2. Una vez: corresponde al 55%, lo que sugiere que
la mayoría de los encuestados consume gaseosa una vez al día. 3. Dos veces: abarca el
15%, reejando un consumo más moderado de dos veces al día. 4. Tres veces o más: representa
el 3%, indicando un consumo más alto entre un pequeño grupo de encuestados. 5. No recuerdo:
No hay datos especícos o visibles en esta categoría, ya que las respuestas principales están
concentradas en las otras opciones.
Se sintetiza que la mayoría, el 55%, consume gaseosas una vez al día, mientras que un 27% no
las consume en absoluto. Un menor porcentaje tiene un consumo más frecuente. Esta información
sugiere que, aunque el consumo de gaseosas es común, la mayoría de los niños se limitan a una
porción diaria, y solo una pequeña parte tiene un consumo más elevado. Este análisis puede ser
relevante para abordar hábitos de consumo y posibles intervenciones de salud.
En el estudio titulado Hábitos saludables en la niñez y adolescencia en los entornos rurales. Los
resultados muestran que un porcentaje de niños y adolescentes reeren tener hábitos alimentarios
inadecuados; existiendo diferencias signicativas en la omisión del desayuno y el consumo de
pescado, los índices son peores en los adolescentes. En cuanto al sueño, los adolescentes
reeren dormir menos de 7 horas al día y los niños 8 horas. Se concluyó en que los adolescentes
de zonas rurales muestran peores hábitos saludables que los niños de áreas urbanas (Sevilla et
al. 2021; Valera Arévalo, et. al., 2018).
consumir tres o más frutas al día. 5. No cuántas: representa el 36%, el grupo más grande,
indicando que la mayor parte de los encuestados no están seguros de cuántas frutas deberían
consumir. Especícamente, la gráca revela que un 36% de los niños no tiene claro el número
recomendado de frutas para consumir diariamente, mientras que el 31% cree que 3 o más frutas
es la cantidad adecuada. Este resultado podría indicar la necesidad de una mayor educación
sobre las recomendaciones diarias de consumo de frutas para una dieta saludable. Sin embargo,
el consumo también dependerá de la situación económica familiar para comprarlas.
Figura 4
¿Cuántas veces toma gaseosas al día?
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Nota. Los resultados de la práctica de ejercicio de los niños. Sí: representa el 60% de la muestra,
indicando que la mayoría de los niños practican algún tipo de ejercicio. No: abarca el 30%,
mostrando que una proporción signicativa de niños no realiza actividad física. No responde:
Corresponde al 10%, lo cual indica que este porcentaje de la muestra no proporcionó información
sobre su práctica de ejercicio. En síntesis, este análisis ayuda a identicar la prevalencia de
actividad física en los niños y señalar áreas donde podrían ser necesarias intervenciones para
aumentar la participación en el ejercicio.
Figura 5
Práctica de ejercicio de los niños
Caminata de los niños
Las respuestas a la pregunta sobre si los niños realizan caminatas de al menos 30 minutos al
día. Las respuestas se dividen en tres categorías: 1. realiza: abarca el 68%, lo que indica
que la mayoría de los niños realiza caminatas diarias de al menos 30 minutos. 2. No realiza:
representa el 21%, lo que sugiere que poco más de una quinta parte de los niños no practica
esta actividad regularmente. 3. Preero no contestar: corresponde al 11%, mostrando que una
parte de los encuestados optó por no responder.
Este estudio revela que el 68% corresponde a la mayoría de los niños incluidos en la muestra,
tienen el hábito de caminar diariamente durante 30 minutos o más. Sin embargo, un 21% no
realiza esta actividad, lo que podría ser un área de oportunidad para promover la actividad
física regular. Además, el 11% de las respuestas no fueron proporcionadas, lo que podría reejar
indecisión o falta de información. Una de las actividades físicas que pueden realizar los niños son
las caminatas, las mismas pueden ayudar a fomentar la actividad física, esta puede realizarse en
compañía de la familia, lo cual contribuye a fomentar las buenas relaciones familiares, además
de mejorar la condición física. Se recomienda realizar caminata de 30 minutos diarios si no se
tiene otra posibilidad de hacer ejercicio.
Los resultados son similares a los encontrados en el estudio Hábitos saludables de los estudiantes
de primaria desde la educación física escolar, cuyo objetivo fue explorar los hábitos de
actividad física, alimentación y estilo de vida de los niños de tercer ciclo de educación primaria.
Participaron 42 niños (20 niñas y 22 niños) de edades comprendidas de 10 a 1 12 años. El
estudio concluye que con relación a la práctica de actividad física, el sector masculino es el
que más deporte/actividad física realiza a lo largo del día, práctica que aumenta el n de
semana que es cuando hay más tiempo disponible. Se encontró que en el sector femenino es
que menos hace actividad física durante la semana y n de semana, por lo que proponen hacer
investigación con mayor profundidad porque debe haber factores externos que inuyan en esto.
Además, es necesario fomentar más actividades en familia (Muñoz Heras, et. al., 2015).
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Tiempo que ven televisión los niños
Cantidad de horas que duermen los niños
El tiempo que los niños dedican a ver televisión, están dividas las respuestas en cuatro categorías:
1. Una hora: representa el 42%, lo que indica que la mayoría de los niños ve televisión una hora
al día. 2. Dos horas: corresponde al 27%, sugiriendo que un cuarto de los niños dedica dos horas
diarias a esta actividad. 3. Tres horas o más: abarca el 26%, lo que reeja que aproximadamente
una cuarta parte de los niños ven televisión tres horas o más al día. 4. Preero no contestar:
representa el 5%, mostrando que una pequeña parte de los encuestados optó por no responder
a la pregunta.
La mayoría de los niños ven televisión una o dos horas al día, aunque una proporción considerable
el 26% la ve por tres horas o más. Esto podría ser relevante para evaluar el tiempo dedicado a
actividades sedentarias y considerar estrategias para promover un uso equilibrado del tiempo
en actividades recreativas.
El tiempo dedicado a ver televisión por los niños no debe superar 30 minutos al día, porque
el estar mucho tiempo frente al televisor fomenta el sedentarismo y que estén expuestos a
información que no es apta a la edad y además pueden tener acceso a anuncios sobre
alimentos no saludables.
La cantidad de horas que duermen los niños, está dividida en 5 categorías: 1. Siete horas o
menos: representa el 9%, lo que indica que una minoría de los niños duerme siete horas o menos
cada noche. 2. Ocho horas: corresponde al 39%, sugiriendo que la mayoría de los niños duerme
alrededor de ocho horas. 3. Nueve horas: abarca el 27%, mostrando que una parte signicativa
de los niños duerme nueve horas diarias. 4. Diez horas o más: representa el 25%, indicando que
aproximadamente una cuarta parte de los niños tiene un sueño prolongado de diez horas o
más. 5. Preero no contestar: 0% no hay una categoría explícita para esta respuesta, por lo que
parece que todos los encuestados proporcionaron respuestas válidas dentro de las opciones
de horas de sueño.
La mayoría de los niños duerme entre 8 y 9 horas, con un 25% que duerme 10 horas o más y
un 9% que duerme menos de 7 horas. Este análisis podría ser útil para evaluar la adecuación
del sueño en esta población y sus posibles efectos en el bienestar infantil. Por lo tanto, este si
se considera un factor favorable porque en esta etapa los niños necesitan dormir en promedio
de 8 a 10 horas, para recuperar la energía y permitir que su cuerpo espreparado para el
siguiente día.
En el estudio hábitos de sueño, memoria y atención en escolares, dice que los hábitos de
sueño son conductas que favorecen el dormir, en la etapa escolar el sueño es fundamental
para el desarrollo de los niños, porque durante el descanso, ocurren procesos siológicos de
restauración del organismo. El objetivo del estudio fue analizar la relación entre hábitos de
sueño, memoria y atención en escolares, evaluando 52 niños y 30 niños, los padres contestaron
el cuestionario de hábitos de sueño de Owens que calica los hábitos de sueño en la semana
previa a la evaluación. Los resultados evidenciaron que los niños duermen en promedio 9 horas
y en nes de semana 11 horas (Oropeza-Bahena, et. al., 2019).
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Conclusión
El análisis de diversos hábitos de los niños, desde su alimentación hasta su actividad física,
tiempo frente a la televisión y patrones de sueño, revela importantes tendencias y áreas de
oportunidad. En cuanto a la alimentación, el 40% de los niños sigue un patrón básico de tres
comidas al día (desayuno, almuerzo y cena), mientras que un 23% añade varias refacciones y un
22% incluye una refacción en su dieta diaria. En relación con la actividad física, el 68% de los
niños realiza caminatas diarias de al menos 30 minutos, y un 60% practica algún tipo de ejercicio
físico. Sin embargo, el 21% no camina regularmente y el 30% no realiza ejercicio, lo que indica
una necesidad de promover más actividad física en estos grupos.
Respecto al tiempo frente a la televisión, el 42% de los niños ve una hora diaria, seguido de un
27% que dedica dos horas y un 26% que pasa tres horas o más viendo televisión. Estos resultados
sugieren que, aunque la mayoría limita su tiempo frente a pantallas, un cuarto de los niños tiene
un uso prolongado, lo que podría requerir atención. En cuanto a los patrones de sueño, el 39%
de los niños duerme ocho horas diarias, seguido de un 27% que duerme nueve horas, mientras
que un 25% duerme diez horas o más. Sin embargo, un 9% duerme siete horas o menos, lo cual
podría tener efectos negativos en su desarrollo.
El análisis proporciona una visión completa de los hábitos diarios de los niños, resaltando
comportamientos y estilos de vida saludable en muchos casos. Sin embargo, también subraya
la necesidad de intervenciones en áreas clave como la actividad física, el tiempo dedicado
a las pantallas y el descanso adecuado, esenciales para un desarrollo óptimo. Los resultados
evidencian la importancia de implementar programas educativos enfocados en mejorar los
hábitos saludables, dirigidos tanto a profesores como a padres y a los propios niños. Además,
estas intervenciones deben estar basadas en enfoques multidisciplinarios que involucren no solo
al ámbito educativo, sino también a las instituciones de salud y la comunidad en general, con
el n de promover un entorno que favorezca el bienestar integral de los niños. Esto permitirá no
solo corregir conductas poco saludables, sino también establecer una cultura de autocuidado
que impacte positivamente en la calidad de vida.
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Agradecimientos
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la Dra. Giselda Sanabria Ramos, asesora de
la tesis doctoral, por su valiosa guía y acompañamiento a lo largo de todo este proceso de
investigación. Agradezco también a la Dra. Patricia Mazariegos Romero por la revisión de este
artículo, y a la Dra. Claudia Villela por su meticuloso trabajo de corrección y estilo. Su apoyo y
contribuciones han sido fundamentales para la realización de este trabajo.
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Sobre la autora
Enma Judith Porras Marroquín
Candidata a doctora en Salud Pública de la Facultad de Ciencias Médicas Universidad de
San Carlos de Guatemala, Maestría en Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia,
Licenciatura en Enfermería Universidad Mariano Gálvez de Guatemala, Enfermera Escuela
Nacional de Enfermeras de Guatemala. Experiencia como investigadora desarrollando trabajo
de tesis de licenciatura, maestría y doctorado. Asesora y revisora de tesis nivel licenciatura y
maestría.
Financiamiento de la investigación
Declaración de intereses
Declaración de consentimiento informado
Financiada con recursos propios.
Declaro no tener ningún conicto de intereses que puedan haber inuido en los resultados
obtenidos o las interpretaciones propuestas.
Declaro que el estudio se realizó respetando el Código de ética y buenas prácticas editoriales
de publicación.
Derechos de autor
Copyright© 2024. Enma Judith Porras Marroquín.
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